Una nanoinnovación es una mejora práctica, sencilla y realizable que el profesor o líder académico ya ha incorporado en su labor educativa o se encuentra implementando actualmente para enriquecer su rol mediante el uso de la inteligencia artificial generativa. No se trata de grandes proyectos, sino de pequeñas acciones que generan valor y que pueden desarrollarse en el corto plazo: por ejemplo, rediseñar una actividad de clase con IA, incorporar una herramienta de IA para retroalimentar a los estudiantes o automatizar un proceso de evaluación, entre otras.